Golpe a la democracia de Brasil

 




Hace 38 años que Brasil se deshizo de la dictadura, pero la legislatura de Bolsonaro hizo que se recordaran viejos tiempos. Sin embargo, el pasado 1 de enero, Lula da Silva tomaba posesión del cargo de presidente por tercera vez en una Brasilia fortificada y en un ambiente festivo. A pesar de que se presagiaba una transición turbulenta, Bolsonaro parecía pasar página con su huida a Estados Unidos y Lula lanzaba un discurso de reconstrucción ante el pueblo.Brasilia, la ciudad diseñada para dar forma a un gobierno y una sociedad mejores, fue el escenario de un retroceso histórico, miles de bolsonaristas extremos invadiendo  el Congreso, el Supremo Tribunal Federal y el Palacio del Planalto.


Brasil inició el lunes envuelto en un torbellino de emociones contradictorias. El alivio por el freno del  asombroso intento golpista  de la tarde del domingo en Brasilia se le sumaban la tensión ante la magnitud de la amenaza y la incertidumbre por el impacto que los hechos puedan tener en el recién iniciado gobierno de  Lula da Silva.La institucionalidad del sexto país más poblado del mundo inerme ante una masa de extremistas que vandalizaron los edificios.


La invasión a la sede del poder legislativo, judicial y ejecutivo encontró a Lula fuera de Brasilia, en el Estado de São Paulo. Poco después de conocerse los hechos, el jefe de Estado compareció ante los medios para anunciar la intervención federal del área de Seguridad en el Distrito Federal de Brasilia y cargó contra su antecesor, Jair Bolsonaro, que voló a Estado Unidos el 30 de diciembre, cuando aún le quedaban dos días como presidente.


Antecedentes. Durante las elecciones generales de Brasil en 2022, se informaron de varios incidentes por parte de adherentes de Bolsonaro, incluida la violencia política, utilizada como una forma de intimidar a los votantes. Después de que Lula fue declarado ganador en esas elecciones, cientos de partidarios de Bolsonaro bloquearon carreteras y acamparon frente a algunos cuarteles militares brasileños pidiendo un golpe de Estado para evitar que Lula asumiera el cargo de presidente



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